La responsabilidad invita a los estudiantes a asumir sus actos y a reconocer las consecuencias de sus decisiones. A través de este valor, los estudiantes desarrollan autonomía y un sentido de deber hacia su aprendizaje y hacia quienes los rodean, contribuyendo activamente a la vida de la comunidad escolar y a la sociedad.
Este valor es la base para reconocer la dignidad de cada persona en nuestra comunidad, impulsa a cada miembro a aceptar la diversidad de opiniones, creencias y antecedentes, promoviendo un clima de escucha y empatía. El respeto permite que cada persona se sienta valorada y comprendida, lo cual es fundamental para desarrollar una comunidad inclusiva y fraterna.
Inspirados en la Pedagogía de la Misericordia, entendemos la excelencia como el esfuerzo constante por dar lo mejor de uno mismo, guiado por la humildad, la creatividad y la inclusión, para contribuir al bienestar propio y al de la comunidad. Esta excelencia tiene como objetivo no solo alcanzar capacidades personales, sino también vivir el aprendizaje como un acto de servicio, desarrollando el potencial único de cada estudiante para participar activamente en la construcción de una sociedad más justa, acogedora e intercultural.
Un estudiante formado en honestidad actúa desde el respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas, comportándose y expresándose con coherencia y sinceridad, de acuerdo con los valores de verdad y justicia, entre lo que se dice, se piensa y se hace, procurando buscar, aceptar y decir la verdad, ante todo, con el debido criterio y contexto en donde se expresa.
Es la capacidad de reconocer y responder de manera cercana, empática y justa a las necesidades de los demás, promoviendo el bien común sin esperar nada a cambio. Se expresa, ante todo, en un servicio generoso que inspira a los estudiantes a comprometerse activamente en acciones y proyectos que mejoren la vida de quienes los rodean.
Al integrar la dimensión del servicio en la práctica educativa, se fomenta una sensibilidad social y una vocación de ayuda que fortalece la formación de ciudadanos solidarios y comprometidos con la dignidad humana, reflejando así el sello de nuestra comunidad escolar.
La empatía nos permite ponernos en el lugar del otro, comprendiendo sus emociones y necesidades. Este valor facilita la construcción de relaciones cercanas y de apoyo mutuo, donde el diálogo y la compasión son prácticas comunes. Fomentar la empatía ayuda a crear un ambiente de acompañamiento misericordioso y de apoyo constante entre estudiantes, educadores y familias.
La creatividad es fundamental para innovar y generar nuevas ideas que permitan el crecimiento personal y colectivo. Al intencionar este valor, se fomenta en los estudiantes una mentalidad abierta a nuevos enfoques, incentivándolos a ser protagonistas de su aprendizaje y a buscar soluciones originales y compasivas para los desafíos de la vida.
La inclusión celebra y valora la diversidad, haciendo que cada estudiante y miembro de la comunidad se sienta parte activa y significativa de la escuela. La inclusión, basada en la Misericordia, implica abrir espacios de participación y brindar oportunidades equitativas, para que todos puedan desarrollar su potencial en un entorno acogedor y justo.
Escuela Básica Blas Cañas
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